Fui al campo, como varias veces he ido, y tomé esta foto. Al fondo de la barranca han crecido guayabos y amates, entre otros árboles. Recuerdo que una vez, cuando era niño, acompañé a mis hermanos y sus amigos a cortar guayabas en época de lluvias, me resbalé pisando una piedra, y caí en un charco de agua. Todos se burlaron. Ahora la miré desde arriba.
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Me pregunto cuántas vidas no afectan algunas simples palabras… Así como algunas palabras poco amables y risas a destiempo te han orillado a admirar esta escena a la distancia, ¿qué comentarios insulsos he proferido que mantienen a los queridos atisbándome a la distancia, en esta la barranca de mi corazón?
ResponderEliminarLas palabras tienen poder. Gracias por estas, en tu blog.
D
Gracias por las tuyas, D.
ResponderEliminarSi esta foto y las palabras que la acompañan motivaron una reflexión como la que expusiste, no puedo más que sentirme enormemente agradecido y satisfecho.
Un gusto leerte, compañero.
Saludos.