viernes, 24 de abril de 2009

Los colibríes dorados

La miel verdosa se desprendía de los robles con un olor a jazmín que conquistaba a los colibríes. Se dejaba tragar hasta hacerlos cagar en pleno vuelo, pintarrajeaba sus plumas de un dorado brillante, y dos segundos después los mataba. Los huesos diminutos, las alas doradas se estrellaban contra el suelo. Se quebraban.

jueves, 16 de abril de 2009

Un aparato descompuesto

El primer paso de la rutina laboral de Octavio consistía en visitar al cajero y pedirle las facturas del día anterior. Luego, en su oficina, traspasaba todo al Libro Mayor, acompañado por la música de Brahms, de Bach, y de vez en cuando la de Rodrigo González. Más tarde realizaba las llamadas que había que realizar, abría su correo electrónico para leer comentarios, quejas y reclamaciones; y finalmente, si le daba tiempo, salía a atender el negocio él mismo. De paso convivía con sus trabajadores y aprovechaba la oportunidad de conocer a sus clientes.
----Aquel día las cosas se echaron a perder cuando empezó a traspasar. De pronto, mientras elaboraba un gigantesco dos destinado a formar parte de los millares de ganancias en la librería, las uñas de los dedos de sus manos desaparecieron. Se fueron. Antes del dos estaban, a la mitad del dos ya no. Octavio corrió apresurado con las manos levantadas y le preguntó nervioso al cajero:
----—¿Qué ves de extraño en mis manos?
----El muchacho evitó respuestas inmediatas y, pasados varios segundos, optó por pedirle a su patrón que fuera con un médico inmediatamente, que no se preocupara por el negocio. Que todo iba a estar bien.
----—Su problema no es grave —dijo el médico con toda calma—. Es algo que no sucede con mucha frecuencia, pero no hay de qué preocuparse todavía.
----Octavio tuvo la sensación de haberse sumergido en un manantial de aguas tibias. Escuchar eso de la boca de un médico anciano, que atendía en una oficina repleta de diplomas, reconocimientos y fotografías de otros médicos ancianos, era suficiente para estar tranquilo.
----—La nueva generación de humanos —continuó el doctor—, como usted debe saber, cuenta con un sistema operativo muy complejo. Elegir entre ser hombre y ser mujer de un momento a otro, cambiar la apariencia física y etcéteras, provoca que este sistema llegue a fallar en ocasiones. No pasa con mucha frecuencia, y de hecho en los últimos dos mil años su caso será quizá el número doscientos. Pero hay solución.
----Otro manantial de aguas tibias.
----—Cuando esté solo en su casa, lo que va a hacer es apagar luces y cerrar ventanas. Luego, de preferencia de pie y frente a un espejo de cuerpo completo, en la oscuridad se va a desnudar, va a contener la respiración y a mirarse detenidamente. Al hacer esto tiene que encontrar una lucecilla azul que parpadea debajo de su piel. Puede estar en cualquier lado; por eso es necesario que se mire con paciencia. Sigue conteniendo la respiración, y solo cuando encuentre esta luz, y presione fuertemente sobre ella, recupera el aire.
----—¿Y entonces?
----—Permítame explicarle. Al presionar sobre esa luz con mucha fuerza, escuchará que una voz femenina le pregunta si desea realizar el proceso de reformateo. Usted debe responder que sí desea realizarlo. Luego, la misma voz le dará la opción de reformateo destructivo y la de modo de recuperación de archivos de personalidad. Usted selecciona la segunda. Instantáneamente el proceso de reformateo iniciará, y para cuando termine, todos los problemas se habrán solucionado.
----En casa, Octavio se paró frente al espejo y descubrió la luz azul justo en la muñeca de su mano derecha. La presionó con fuerza, entonces.
----Bienvenido al proceso de reformateo de su sistema operativo Perfect Human Life. ¿Desea realizar el proceso, o quiere cancelarlo en este instante?
----Deseo realizar el proceso.
----¿Desea que el proceso se lleve a cabo en el modo de destrucción-de destrucción total, o prefiere el modo de recuperación de archivos-archivos de personalidad?
----—Un momento, por favor. ¿Me puede repetir la pregunta?
----Correcto. El proceso se realizará en el modo de destrucción total, y habrá finalizado en cinco, cua-cuatro, tres, dos, uno.