No siempre tiene uno la fortuna de hallarse en medio de un enfrentamento de nubes. Aquella tarde me pareció muy apocalíptica. Negro/Blanco. El cielo escondido; y yo, cubierto por la sombra de la nube que ganó.
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Qué buen título para esta foto algo inquietante... y amenazante; pues ya no sabe uno cuál es el límite de los enfrentamientos que se trae la naturaleza en estos tiempos sorpresivos.
ResponderEliminarMejor, correrse de la línea del posible enfrentamiento. ¡Buena foto!
Me cachis con esta mierda de Google. Juro que te había hecho un buen comentario, amigo.
ResponderEliminarNada, ya se me fue la inspiración. El caso es que nos has narrado una historia con una imagen y la breve nota al pie. En realidad, es Apocalíptica, aunque el Apocalipsis está en todas partes, ahora mismo; es un proceso de conciencia y rebeldía entre el Ser y las fuerzas que lo dominan. Ambos se necesitan mutuamente. La contraposición de dualidades es en realidad, una mera cuestión de conciencia, y es el Hombre, cuyo pensamiento funciona por oposiciones (bueno/malo; blanco/negro; masculino/femenino; bonito/feo)quien crea en sí y refleja a manera de cataclismo sus propios conflictos existenciales.
Buena fotografía. Saludos.
La verdad es que la imagen sí era inquietante, Turkesa; y por eso tomé la foto. Me acuerdo que ese día venía yo llegando a la casa, y cuando vi lo que pasaba arriba, corrí por la cámara; y cuando me percaté que se le habían acabado las baterías, lancé tantas maldiciones que alguien, o algo, debió compadecerse y las resucitó por un breve instante, casi nada más para tomar esa foto. Me subí a la azotea, entonces, y después de que la cámara se volvió a dormir, me quedé allí un rato, pensando en cualquier cosa, hasta que empezó a llover.
ResponderEliminarJa. Pero qué cosas he venido a contar.
Gracias por el comentario, che.
Qué buen comentario, amigo. Y eso que lo escribiste sin inspiración, ¿eh? Jaja.
ResponderEliminarTienes razón: el Apocalipsis está en todas partes; nos habita a todos, y nos permite habitarlo de tal modo que es Él, en ese cataclismo de oposiciones y dualidades, el que le otorga sentido a la Existencia del Hombre. El que nos permite juzgar, pensar, todo, y todo bajo la perspectiva de esas mismas oposiciones.
Gracias por pasar.